martes, 8 de diciembre de 2009

¿Por qué estoy triste?

Estoy triste porque he terminado la lectura de El Alquimista (¿una relectura se termina o se retermina?) y lo peor es que no se si soy Santiago o el bandido que le dió la paliza.
Supongo que muchos de nosotros nos quedamos en el oasis, o nos quedamos en las pirámides después de haber tenido un sueño, esperando, sin saberlo, a que venga el listillo de turno buscando un tesoro. ¿Pero qué tesoro ni que niño muerto?:... le damos la paliza por creer en los sueños y por venir a recordarnos que nosotros no creímos en nuestro sueño.
Lo que no sabremos nunca es que gracias a esa paliza que dimos nosotros, los que sí creyeron en sus sueños fueron capaces de encontrar su tesoro, pues todos formamos parte (queramos o no) de un todo y las distintas leyendas personales también forman parte de la gran leyenda personal del alma del mundo.
Pero yo ahora mismo no se si estoy más cerca de Santiago o del bandido, de Jesús o de Judas, y por eso, y porque siento que es muy dificil parecerse al Alquimista, pero sobre todo porque he acabado el libro, estoy triste.

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